El proyecto del Parque Industrial de Ancón (PIA) se perfila como una de las iniciativas más ambiciosas de infraestructura productiva en la historia reciente del Perú. Con una inversión estimada en 997 millones de dólares y una extensión territorial de 1.338 hectáreas, este megaproyecto busca establecer un polo de desarrollo industrial, logístico y tecnológico al norte de Lima. Su ubicación estratégica, entre el puerto del Callao y el puerto de Chancay, así como su proximidad al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez y a la carretera Panamericana Norte, lo convierte en un punto clave dentro del corredor logístico nacional. Según el Ministerio de la Producción y la Agencia de Promoción de la Inversión Privada (Proinversión), se proyecta que esta infraestructura promoverá estándares internacionales en la fabricación, la conectividad y la sostenibilidad, beneficiando directamente a unas 400,000 personas y generando aproximadamente 120,000 empleos directos e indirectos.
Por lo cual, el Parque Industrial de Ancón no solo busca dinamizar la inversión privada, sino también reconfigurar el modelo de desarrollo económico del país mediante la promoción de sectores estratégicos. Puesto que, el diseño del parque contempla la destinación de 715 hectáreas exclusivamente al uso industrial y comercial, incorporando criterios de sostenibilidad, eficiencia energética y conectividad logística. Esta visión integral apunta a transformar a Ancón en un hub industrial moderno, que fortalezca la competitividad del Perú frente a los mercados internacionales y reduzca su dependencia de sectores económicos tradicionales.
Por otro lado, tras varios aplazamientos en su cronograma original, el proceso de adjudicación del proyecto ha sido reprogramado para la cuarta semana de junio, según lo anunciado por Proinversión durante una presentación ante la Comisión Especial del Proyecto Chancay del Congreso de la República. Actualmente, se han identificado cuatro empresas interesadas en el proyecto: tres de capital nacional y una extranjera. Las propuestas técnicas y económicas de los consorcios participantes serán presentadas en la tercera semana de junio, aunque se ha reconocido que podrían existir ligeros retrasos derivados de decisiones internas corporativas, particularmente en el caso de las empresas internacionales.
Cabe destacar que, el proyecto se promueve bajo la modalidad de “proyectos en activos”, un esquema en el cual el Estado pone a disposición de los inversionistas un terreno cuyo riesgo operativo y de desarrollo debe ser asumido en su totalidad por el sector privado. Esta estrategia ha sido rediseñada por Proinversión con el objetivo de aumentar su atractivo, reemplazando el mecanismo tradicional de venta directa de tierras por un modelo de opción de compra, similar al utilizado en concesiones mineras. Esta opción concede a los adjudicatarios el derecho de evaluar y desarrollar un plan de inversión durante un periodo de hasta 3.5 años, mediante el pago de una prima aproximada de 2.5 millones de dólares, en lugar del valor total del terreno, previamente valorado en 58 millones de dólares.
Durante este periodo, el inversionista adjudicado deberá elaborar un plan de inversiones en coordinación con el Ministerio de la Producción. Dicho plan deberá ser aprobado en un plazo máximo de 1.5 años. En caso de aprobación, se habilitará la ejecución de la opción de compra, la cual podrá aplicarse a un tramo parcial o a la totalidad del terreno, dependiendo de la viabilidad y el alcance del proyecto propuesto. Este modelo ofrece flexibilidad y reduce los riesgos iniciales para el inversionista, lo que podría traducirse en una mayor participación del sector privado en un proyecto de largo alcance.
Sin embargo, uno de los principales desafíos que enfrenta el desarrollo del Parque Industrial de Ancón radica en la carencia de servicios básicos en la zona, tales como el acceso al agua potable y al saneamiento. Esta limitación representa una dificultad técnica y financiera significativa para los desarrolladores interesados, ya que incrementa la necesidad de inversiones adicionales en infraestructura básica antes de poder iniciar las operaciones productivas. Esta situación representa tanto un riesgo como un reto para estructurar un proceso sólido de promoción de inversiones.
Actualmente, el proyecto se encuentra en la fase de aprobación contractual. En cuanto a la versión inicial del contrato, ha sido sometida a revisión técnica y ha sido puesta a consideración del mercado y de los potenciales interesados. De acuerdo con las proyecciones de Proinversión, se espera contar con una versión final del contrato hacia mediados del próximo mes de mayo, una vez incorporadas las observaciones y comentarios recibidos. Este paso resulta fundamental para garantizar transparencia, previsibilidad y seguridad jurídica en el proceso de adjudicación.
Adicionalmente, la adjudicación del Parque Industrial de Ancón forma parte de una cartera prioritaria de proyectos de Proinversión para el primer semestre del año. Asimismo, el Parque Industrial de Ancón representa una apuesta estructural por el crecimiento económico sostenido del Perú. Su ubicación geográfica privilegiada y enfoque integral lo posicionan como un catalizador del desarrollo industrial moderno, alineado con las tendencias globales de innovación, logística avanzada y desarrollo urbano planificado. De concretarse su adjudicación en los plazos previstos, este megaproyecto no solo marcaria un hito en la política de promoción de inversiones, sino que también sentará las bases para una nueva etapa en la industrialización nacional.