El estadio Nemesio Camacho El Campín, epicentro del fútbol y los espectáculos masivos en Bogotá, enfrenta una situación compleja debido a la coexistencia de eventos deportivos y musicales. Recientemente, la programación de partidos de la Liga BetPlay se ha visto afectada por los conciertos de artistas de talla internacional, generando inconvenientes en el desarrollo normal del calendario futbolístico.
Uno de los hechos más recientes se dio con el concierto de Andrea Bocelli, que impidió la realización del partido entre Independiente Santa Fe y Atlético Bucaramanga. Posteriormente, la presentación de Shakira también provocó la cancelación del encuentro entre Fortaleza y Atlético Nacional, el cual no pudo trasladarse al estadio Metropolitano de Techo debido a cuestiones de seguridad relacionadas con la presencia de dos barras del equipo visitante. De igual manera, el compromiso entre Millonarios y Deportes Tolima quedó aplazado, a pesar de que el operador del estadio aseguró que el terreno de juego estaba en óptimas condiciones. La Comisión de Seguridad determinó que, mientras existiera infraestructura del montaje de los conciertos, el uso del escenario para partidos de fútbol era inviable. Además, el equipo de producción del evento de Shakira indicó que no podría retirar la logística y la tarima antes del lunes siguiente, lo que prolongó la afectación en el calendario deportivo.
Este tipo de inconvenientes no es nuevo en El Campín. En el pasado, la empresa organizadora del concierto de Silvestre Dangond logró desmontar el escenario en tiempo récord, permitiendo el desarrollo de un partido programado. Sin embargo, los montajes de producciones internacionales suelen ser más complejos y requieren de varios días para su instalación y desmontaje. Según los contratos establecidos, los organizadores de eventos musicales tienen hasta tres días para desocupar el estadio, lo que complica la planificación de los encuentros deportivos.
A esta situación se suma el proyecto de remodelación del estadio, cuya ejecución estaba prevista para noviembre de este año. No obstante, ha surgido una propuesta alternativa que podría modificar los planes iniciales. La iniciativa plantea la construcción de un nuevo estadio en el sector donde actualmente se encuentran las canchas de tenis de El Campín, en la intersección con la Carrera 24. Esta alternativa evitaría la necesidad de cerrar parcialmente el actual estadio durante las obras y permitiría que el fútbol y los conciertos continúen desarrollándose sin interrupciones por los próximos cinco años.
Si bien esta idea resulta llamativa y práctica, su implementación no es sencilla. Se requeriría la realización de nuevos estudios de tránsito, la reubicación de espacios destinados a la Orquesta Filarmónica de Bogotá y la Cruz Roja, así como ajustes en la infraestructura del sector. Además, el proceso de planeación debería reiniciarse, lo que retrasaría el inicio de la obra.
En el esquema original de remodelación, se contemplaba la intervención de una tribuna por año, permitiendo el uso continuo del estadio. No obstante, si se opta por la construcción de un nuevo escenario en paralelo, sería necesario reconsiderar la logística de los conciertos durante la transición. Los organizadores de espectáculos masivos, como el de Maluma programado para mayo, tendrán que evaluar la disponibilidad del estadio en función de las decisiones que se tomen en las próximas semanas.
La situación actual plantea un reto significativo para las autoridades encargadas de la administración de El Campín. La necesidad de compatibilizar los espectáculos musicales y el fútbol con el proyecto de remodelación requiere de una planificación minuciosa. Mientras tanto, la incertidumbre persiste entre los clubes capitalinos y la afición, que esperan claridad sobre cómo se desarrollará el cronograma de actividades en uno de los escenarios más importantes del país.
