La Autopista Norte, uno de los ejes viales más cruciales para la movilidad de Bogotá y la región, enfrenta actualmente una encrucijada en el avance de sus obras. Ya que recientemente la concesionaria Ruta Bogotá Norte, encargada de su operación y mantenimiento, ha manifestado una solicitud urgente al Gobierno nacional y a la Alcaldía de Bogotá para definir por fin el futuro de la ampliación de este estratégico corredor vial. En donde las recientes inundaciones que afectaron severamente el tramo que conecta la capital con sus accesos y salidas hacia municipios como Chía y Cajicá, subrayaron la necesidad de intervenciones estructurales inmediatas para garantizar tanto la funcionalidad de la vía como la seguridad de sus usuarios.
La situación actual pone sobre la mesa la importancia de un proyecto que ha estado en discusión durante años. Por tal razón, Miguel Silva, secretario general de la Alcaldía, el pasado 15 de noviembre, comento que se radicó ante la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) un concepto técnico detallado, elaborado en el marco de la licencia ambiental del proyecto. Este documento incluye observaciones sobre los diseños propuestos por el concesionario, marcando un paso fundamental hacia la materialización de las obras. Y aunque la ejecución del proyecto recae principalmente en la ANI, el Distrito ha jugado un papel esencial al garantizar que los diseños cumplan con los estándares técnicos y ambientales necesarios.
Un diseño que responde a los desafíos actuales
El concepto técnico presentado por la Alcaldía incluye ajustes significativos en los diseños iniciales del proyecto. En donde, entre las modificaciones más relevantes se encuentran la optimización de las conexiones hidráulicas, que buscan mitigar el riesgo de nuevas inundaciones, y la incorporación de pasos de fauna, una medida clave para preservar la biodiversidad en los humedales Torca y Guaymaral, ubicados en las inmediaciones de la autopista. Estas mejoras, revisadas y avaladas por el Distrito, han permitido que el proyecto avance hacia su fase de aprobación final.
Por su parte, la concesionaria Ruta Bogotá Norte ha defendido la importancia de estas intervenciones, argumentando que no solo solucionarán problemas de movilidad, sino que también garantizarán la sostenibilidad ambiental del corredor vial. Ya que la ampliación de la autopista se concibe como una respuesta integral que combina desarrollo urbano, conservación ambiental y resiliencia frente a eventos climáticos extremos.
Si la ANLA aprueba la licencia ambiental con los ajustes presentados, las obras para la ampliación de la Autopista Norte comenzarían a mediados de 2025, con una fecha estimada de finalización en 2029, sin embargo, todo dependerá de que se radique la solicitud de la licencia ambiental antes de que se acabe el 2024.
Además, la ANI, la Alcaldía de Bogotá y el concesionario encargado del proyecto, deberán informar a finales de noviembre cuáles son los avances en los objetivos del cronograma, para que la Procuraduría pueda analizar el cumplimiento del objetivo que busca brindar una solución definitiva a la movilidad en el norte de Bogotá.
Movilidad sostenible como prioridad
Uno de los aspectos más destacados del proyecto será la incorporación de carriles exclusivos para bicicletas, una medida que refleja el compromiso de la ciudad con la movilidad sostenible y con los habitantes de los municipios cercanos que prefieren usar este tipo de medio de transporte. Estos carriles estarán ubicados en tramos estratégicos, facilitando la conexión entre el norte y el centro de Bogotá, y se espera que promuevan el uso de la bicicleta como una alternativa segura, cómoda y ecológica al automóvil.
La Secretaría de Movilidad ha señalado en múltiples ocasiones que esta iniciativa busca reducir la dependencia del vehículo particular, fomentando hábitos de transporte más sostenibles y alineados con las metas ambientales de la ciudad. Además, se espera que la construcción de estos carriles contribuya a una mayor seguridad para los ciclistas, uno de los grupos más vulnerables en el sistema vial.
El proyecto también contempla una reconfiguración de los accesos en puntos críticos, con el objetivo de aliviar la congestión vehicular en horas pico. Estas modificaciones permitirán una circulación más fluida hacia la autopista y su conexión con otras zonas estratégicas de la ciudad, como el occidente y el centro.
Cabe destacar que el proyecto contempla la ampliación de la Autopista Norte, entre las calles 192 y 245, beneficiando, no solo a Bogotá, sino también a municipios como Sopó, Chía y Cajicá.
El proyecto de Accesos Norte Fase II contempla la construcción de 17,96 kilómetros, entre los que se incluirá la construcción de dos carriles más en ambos sentidos, pasando de seis a diez para uso de vehículos particulares, flotas y otros.
En la calle 235 y 242 habrá intersecciones a desnivel, es decir, un puente elevado que permita hacer un retorno y conexión también del lado oriental al lado occidental.
Asimismo, se abrirán dos nuevos carriles exclusivos de TransMilenio (uno para el norte y otro para el sur).
Finalmente, se llevará a cabo la adecuación de 11.6 kilómetros de espacio público y ciclorruta en cada uno de los costados, tanto de la calzada oriental como occidental.
Aunque se tenía previsto iniciar obras en diciembre de 2023 para finalizar en junio de 2029, se espera la respuesta de la ANLA, para definir si se cumplirá con el plazo de terminación.
Un avance gradual, pero crucial
La ejecución de este ambicioso proyecto se realizará en fases, con el fin de minimizar las afectaciones para los usuarios de la vía durante las obras. Según las autoridades, estas fases incluirán tanto la construcción de los carriles para bicicletas como los trabajos de reconfiguración vial, avanzando de manera gradual para garantizar una transición eficiente hacia la nueva infraestructura.
La coordinación entre la concesionaria, las autoridades locales y la ANI será esencial para garantizar el éxito de esta iniciativa. Durante las obras, se implementarán medidas especiales de seguridad vial y se buscará mantener el flujo vehicular de manera continua, evitando interrupciones significativas en el servicio.
Un proyecto que redefine la infraestructura vial en Bogotá
La ampliación de la Autopista Norte representa mucho más que una solución a los problemas de tráfico de Bogotá. Este proyecto, que combina innovación técnica, sostenibilidad ambiental y un enfoque inclusivo hacia todos los usuarios de la vía, se perfila como un modelo de infraestructura para la región.
A pesar de los retos logísticos y administrativos que enfrenta, su implementación promete beneficios significativos tanto para los automovilistas como para los usuarios de transporte no motorizado. Con una visión de largo plazo, las autoridades esperan que este corredor se convierta en un eje de conexión eficiente, sostenible y resiliente, que impulse el desarrollo urbano y la calidad de vida en la capital colombiana.
El llamado de la concesionaria Ruta Bogotá Norte para acelerar las decisiones sobre el proyecto no es solo una urgencia técnica, sino un recordatorio de la necesidad de priorizar inversiones estratégicas en infraestructura que respondan a las demandas de una ciudad en constante crecimiento. La ampliación de la Autopista Norte no solo mejorará la movilidad, sino que también redefinirá la forma en que Bogotá se enfrenta a los desafíos del futuro.
