La avenida La Mar en Miraflores, conocida por su vibrante vida comercial y su creciente valor inmobiliario, ahora sí parece encaminarse a un nuevo horizonte urbano en la ciudad. Al final de esta avenida, un enorme muro de ladrillos marca los límites del ex cuartel San Martín, un terreno de 68.400 m² ubicado en la frontera con San Isidro. Este espacio, que en el pasado albergaba caballerías del Ejército, hoy se encuentra totalmente desocupado, a la espera de convertirse en el escenario del mayor proyecto inmobiliario en la historia de Lima. Sin embargo, tras más de una década de propuestas, promesas y controversias, el destino de este megaproyecto sigue aun siendo incierto, pero se tiene la convicción de convertirlo en el megaproyecto urbano y comercial más importante del Perú.
Sin embargo, para entender mejor de que se trata este macroproyecto para la capital tenemos que destacar que el cuartel San Martín fue inaugurado junto con la Avenida del Ejército en el año 1921. Luego A lo largo del siglo XX, alojó caballerías particulares y de oficiales del Ejército, Mas tarde en el 2008, también albergó la feria ‘Perú Mucho Gusto’, renombrada luego como Mistura. Hasta que dos años después el gobierno subastó el Cuartel San Martín.
Ya en el año 2010, cuando se realizó su compra por la empresa URBI, que hace parte del grupo Intercorp, el cuartel San Martín ha sido objeto de diversas propuestas de desarrollo. Aclarando que el plan original, aprobado bajo la Ordenanza 1305-MML en 2009, establecía un marco regulador especial para el área, exigiendo, entre otros aspectos, la construcción de una vía subterránea que conectara la zona con la Costa Verde. En cuanto a ello, con el paso de los años, la visión del proyecto evolucionó, y en 2021 la empresa URBI presentó un plan revisado con varias modificaciones sustanciales, en donde se acordaba principalmente incrementar la superficie destinada a vivienda y oficinas, reducir la superficie destinada a comercio y modificar las obras viales señaladas en la ordenanza. Y sobre este punto, en lugar de la vía subterránea antes mencionada, se propuso un ‘by-pass’ a desnivel entre la subida San Martín y la Av. del Ejército.
Pese a ello, este cambio generó una ola de críticas, particularmente de la Municipalidad de San Isidro. En donde el entonces alcalde Augusto Cáceres Viñas expresó su preocupación por el impacto vehicular que podría tener la nueva propuesta en esta zona de la ciudad. Según su análisis, el paso a desnivel propuesto por URBI saturaría la avenida Ejército, generando un grave problema de congestión en una de las arterias clave de la ciudad. Además, Cáceres señaló que la altura de los nuevos edificios rompería la armonía visual del entorno, afectando la calidad de vida de los vecinos.
Lastimosamente luego de ello, no se volvió a conocer nada acerca del estado de esta obra, dando como resultado más de dos años de silencio por parte de los desarrolladores del megaproyecto, no obstante, un importante medio de comunicación del Perú, logro conocer hace pocos días algunos detalles que dan una luz de esperanza sobre la realizan de la obra.
Con respecto a ello se logró conocer que el proyecto, ahora renombrado como “Espacio Lima” aún sigue en pie y actualmente continúa en revisión por las autoridades municipales, pero específicamente por el Instituto Metropolitano de Planificación (IMP), que ha emitido varias observaciones.
La empresa comento al respecto que “presentaron un plan específico bajo el concepto de ciudad compacta, que busca ser más que un proyecto inmobiliario, transformando la zona en un lugar sostenible con edificaciones modernas, áreas culturales, residenciales y empresariales, con apertura al comercio local y oferta gastronómica”, además, “Este plan está siendo revisado con las autoridades municipales correspondientes, en línea con la nueva visión de ciudad, aprovechando al máximo el potencial de la zona, convirtiéndola en un referente de desarrollo económico y un modelo para futuras iniciativas urbanísticas en el país”.
Por su parte, Guillermo Mallca, director ejecutivo del Instituto Metropolitano de Planificación, mencionó que el mayor obstáculo para la viabilidad del proyecto sigue siendo la propuesta del paso a desnivel, ya que la normativa vigente exige la construcción de una vía subterránea. URBI, por su parte, ha manifestado su compromiso con la creación de un desarrollo sostenible, moderno y emblemático para la ciudad, destacando la visión de transformar el cuartel San Martín en un centro cultural, empresarial y residencial, con una amplia oferta gastronómica y comercial.
Sumado a lo anterior, Nancy Vizurraga, alcaldesa de San Isidro, declaró que su gestión se “opone tajantemente” a la ejecución del proyecto propuesto por URBI, porque “generaría un impacto negativo a nivel ambiental y vial, y al desarrollo de la zona residencial de densidad baja y su entorno”. Por tal Razón, “De reactivarse la propuesta del Plan Específico de la empresa URBI, se pondrá en marcha todo el sustento técnico que se requiera para fundamentar su posición. Para la alcaldesa de San Isidro “La inversión privada es bienvenida, siempre y cuando no atente contra el bienestar y la calidad de vida de los vecinos”.
A pesar del optimismo de la empresa por poder llevar a cabo este proyecto en la ciudad, la comunidad vecina y los empresarios de la zona también se han mostrado escépticos con el desarrollo. Y que los propietarios de locales en la Av. La Mar, han expresado su preocupación por el tráfico que ya afecta la zona. Esto debido a que la congestión vehicular es un problema cotidiano que se agravaría con la construcción de nuevas viviendas y oficinas. Igualmente, otros vecinos del sector han señalado que la falta de estacionamientos y el aumento de la delincuencia debido a los embotellamientos son problemas que ya enfrentan, y temen que se intensifiquen con el megaproyecto.
Sin embargo, no todo son voces en contra. Ya que, según varios arquitectos y urbanistas, destacan el potencial enorme del proyecto para transformar la dinámica económica de la ciudad. En donde según su propia opinión, “Espacio Lima” tiene el potencial de redistribuir las inversiones y atraer nuevas oportunidades de desarrollo para la zona y para la capital. A pesar de ello también se subraya la importancia de una visión urbanística integral que contemple no solo el terreno del cuartel, sino su conexión con el resto de la ciudad a través de un sistema de transporte público masivo y eficiente.
Este espacio con una superficie actual de 68.400 m2, equivale a 2,5 veces el parque Kennedy., por lo cual el megaproyecto de Intercorp generaría “una dinámica económica inédita y redistribuiría el tablero de lugares que concentran las inversiones y atracciones en la ciudad”. Por tal motivo esta obra que “Está llamada a ser uno de los proyectos más notables del siglo”, tendrá la necesidad de obtener un acuerdo entre todos los actores para alcanzar el mejor y mayor desarrollo de la obra y su entorno.
Sin duda alguna, El futuro del cuartel San Martín, aunque prometedor en el papel, dependerá de un delicado equilibrio entre los intereses públicos y privados, el desarrollo urbano sostenible y la aceptación de la comunidad aledaña a este. Por ahora, los limeños deberán esperar a que se resuelvan las observaciones técnicas y se llegue por fin a un consenso que permita ejecutar este ambicioso proyecto, que podría marcar un hito en la historia urbana de la capital.
