El conflicto de tenerlo todo: Buenavista y el reto de la movilidad urbana
Ubicada en un punto estratégico de la Ciudad de México, la zona de Buenavista es uno de los principales nodos de movilidad de la capital. En este enclave convergen múltiples sistemas de transporte, entre ellos la Terminal del Tren Suburbano que conecta con Cuautitlán, la estación Buenavista de la Línea B del Metro, y diversas estaciones de Metrobús de las Líneas 1, 3 y 4. A esto se suma la infraestructura del sistema Ecobici, con 11 biciestaciones en el área, generando una intermodalidad única que facilita el traslado de miles de ciudadanos. Además, la presencia de terminales de autobuses de corta y media distancia, así como una intensa actividad comercial en el entorno del centro comercial Forum Buenavista, refuerzan el papel de la zona como un punto neurálgico en la movilidad capitalina.
Este ecosistema de transporte genera una afluencia diaria de 302.523 usuarios, a los que se suman 100,066 viajes adicionales provenientes de estaciones cercanas del Metro y Metrobús. La proximidad de la estación Revolución de la Línea 2 del Metro, a una distancia caminable, amplifica aún más la presión sobre la infraestructura peatonal y urbana de la zona. Sumado a esto, el crecimiento del comercio informal en calles y banquetas ha reducido los espacios de circulación peatonal, generando conflictos entre transeúntes, comerciantes y automovilistas, lo que agrava la problemática de movilidad en la zona.
Una ubicación privilegiada, un problema creciente
La razón detrás de la alta concentración de sistemas de transporte en Buenavista no es casualidad. Su ubicación, a tan solo 15 o 20 minutos caminando de Paseo de la Reforma y del Monumento a la Revolución, la convierte en una puerta de acceso fundamental para una de las zonas con mayor concentración laboral de la ciudad. Sin embargo, esta misma fortaleza es también su mayor reto: la infraestructura actual no ha evolucionado al ritmo de la demanda creciente de usuarios. Además, el crecimiento desordenado de la urbanización ha generado un aumento en el flujo de automóviles y transporte de carga, lo que complica aún más la dinámica de movilidad y seguridad en la zona.
A pesar de las mejoras recientes en pasos peatonales, el espacio para el peatón sigue siendo insuficiente. El Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP) advierte que la saturación peatonal obliga a muchos usuarios a caminar por el arroyo vehicular, aumentando los riesgos para la seguridad. Además, la percepción de inseguridad es un problema latente: una encuesta realizada en 2022 por Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo México reveló que el 45% de los usuarios consideran la inseguridad como el principal problema de la zona, seguido por dificultades con la movilidad, mencionadas por el 37% de los encuestados. La falta de alumbrado público en ciertas áreas, así como la presencia de comercio informal en los accesos principales, contribuyen a la sensación de inseguridad, especialmente en horarios nocturnos.
Hacia una transformación urbana integral
Para abordar estos desafíos, ITDP propuso la iniciativa “Estación Central Buenavista”, un ambicioso plan de modernización que busca convertir la zona en un modelo de movilidad integrada y desarrollo urbano sostenible. Con una inversión estimada en 25,000 millones de pesos, el proyecto contempla la generación de 34,000 metros cuadrados de nuevos espacios públicos, la ampliación de banquetas en 4.4 kilómetros y la intervención en 16 cruces peatonales clave. Además, se prevé una reorganización del comercio informal para mejorar la circulación de peatones y garantizar un entorno más seguro.
El proyecto se basa en tres ejes fundamentales:
Movilidad integrada: Se plantea la construcción de una techumbre que brinde mayor confort a los usuarios, una pasarela elevada para mejorar la conectividad entre los distintos modos de transporte y un biciestacionamiento masivo con capacidad suficiente para atender la creciente demanda de ciclistas urbanos. También se propone la optimización de rutas de transporte público y la integración de un sistema de información en tiempo real para mejorar la experiencia de los usuarios.
Espacios públicos de calidad: La recuperación y creación de áreas para peatones es uno de los puntos clave del proyecto. La propuesta incluye la expansión de ciclovías en la zona y una mejor conexión con colonias aledañas como Santa María la Ribera y el corredor del Tianguis del Chopo, facilitando el acceso a la estación sin depender del automóvil. Además, se busca la rehabilitación de áreas verdes y la creación de plazas peatonales que fomenten la convivencia y el comercio formal.
Desarrollo urbano sostenible: Además de las mejoras en movilidad, se plantea la construcción de entre 5,000 y 10,000 unidades de vivienda asequible en predios subutilizados dentro de la zona. Este desarrollo busca mitigar el desplazamiento de poblaciones vulnerables y fomentar la densificación urbana cerca de los principales nodos de transporte. También se consideran incentivos para la inversión privada en proyectos de uso mixto que combinen vivienda, comercio y oficinas, promoviendo un crecimiento equilibrado y ordenado del área.
El futuro de Buenavista: un desafío compartido
El crecimiento de Buenavista como un centro multimodal no se detiene. Con la entrada en operación del nuevo sistema ferroviario propuesto por Claudia Sheinbaum, que contempla trenes de pasajeros hacia Querétaro, Guadalajara y Pachuca, además de la conexión con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), la demanda sobre este punto de la ciudad solo aumentará. Asimismo, la implementación del programa de electromovilidad en el transporte público de la Ciudad de México podría representar un reto adicional en la reorganización del flujo de pasajeros y la infraestructura de carga de unidades eléctricas.
A pesar de las intervenciones realizadas en 2019 para mejorar la accesibilidad de los cruces en Insurgentes y Eje 1 Norte, la infraestructura actual —concebida en los años 60— necesita una modernización profunda para atender las necesidades de los nuevos usuarios. Como señala Gonzalo Peón, director del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo México, la transformación de Buenavista requiere la colaboración del sector público, privado y la sociedad civil para consolidar un modelo de desarrollo urbano que priorice la movilidad sustentable y el acceso equitativo a oportunidades económicas y educativas.
Buenavista enfrenta el desafío de “tenerlo todo”, pero la clave de su éxito radica en cómo gestionar de manera eficiente su diversidad de opciones de transporte. Con inversiones adecuadas y un diseño urbano centrado en las personas, este nodo multimodal puede convertirse en un referente de movilidad integrada en América Latina y un ejemplo de desarrollo urbano sostenible que responda a las necesidades del siglo XXI.