El 7 de septiembre de 2024, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, acompañado de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, inauguró el Parque Nacional del Jaguar en Tulum, Quintana Roo. Este proyecto forma parte de los esfuerzos del gobierno para promover el turismo sostenible y la conservación del patrimonio cultural y natural de la región, en consonancia con el desarrollo del Tren Maya. El parque, que se erige sobre el antiguo aeródromo de Tulum, abarca una extensión de mil hectáreas y requirió una inversión de 2,700 millones de pesos. Se considera un esfuerzo emblemático tanto en términos de protección ambiental como de promoción cultural.
La principal atracción del parque es el Museo de la Costa Oriental, considerado por el propio López Obrador como uno de los museos más bellos y relevantes del país, destacando el trabajo de arqueólogos y restauradores que participaron en su desarrollo. Este museo está dedicado a la civilización maya, con un enfoque particular en su legado en la región sureste de México. El museo es parte de una estrategia más amplia para reivindicar la historia y cultura de la península de Yucatán, recuperando espacios históricos y promoviendo su conservación.
El Parque Nacional del Jaguar no solo destaca por su valor cultural, sino también por su compromiso con la preservación ambiental. Este espacio cuenta con una amplia red de torres de avistamiento que ofrecen vistas panorámicas de la selva, la zona arqueológica de Tulum y el mar Caribe. Estas torres permiten a los visitantes conectar de manera profunda con la naturaleza y el entorno arqueológico, reforzando la idea de un turismo respetuoso y en armonía con el ecosistema local. Además, se han desarrollado rutas y senderos que recorren el parque, incluyendo una ciclovía de 2 kilómetros y áreas de descanso con módulos de servicios.
El parque también se conecta con las playas de la región a través de una nueva avenida costera, que incluye accesos públicos a varias de las playas más emblemáticas, como Santa Fe, Pescadores y Mangle. Este diseño no solo facilita el acceso para los visitantes, sino que fomenta una mayor democratización del turismo en la región, haciendo las playas más accesibles y atrayendo tanto a turistas locales como internacionales.
Además de las instalaciones turísticas y recreativas, el parque alberga oficinas de varias entidades gubernamentales clave, como la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), y un campamento de la Guardia Nacional, lo que garantiza la seguridad y la protección del área. El proyecto es parte de una visión integral que busca combinar el desarrollo turístico con la protección del medio ambiente, fortaleciendo así la gestión sostenible de los recursos naturales.
Uno de los aspectos más significativos de este proyecto es su integración con el Tren Maya, que ha sido descrito por López Obrador como una obra clave para el desarrollo del sureste de México. Durante la inauguración, el mandatario destacó los numerosos obstáculos que enfrentaron, como las múltiples demandas legales presentadas para detener la obra, pero subrayó que estos desafíos no lograron frenar el avance del proyecto debido al apoyo popular. El Tren Maya y el Parque Nacional del Jaguar forman un binomio que no solo mejora la conectividad en la región, sino que también promueve el bienestar social y la generación de empleos en las comunidades locales.
El Parque Nacional del Jaguar se erige como un hito de conservación y desarrollo sostenible en Tulum, consolidándose como una atracción turística y cultural clave en la Riviera Maya. Este proyecto, enmarcado dentro de los esfuerzos del Tren Maya, refleja el compromiso del gobierno mexicano con la protección del patrimonio histórico, el fomento del turismo responsable y la creación de oportunidades económicas en el sureste del país.