La conexión entre Bogotá y Soacha ha sido históricamente uno de los mayores desafíos en términos de movilidad urbana e interurbana entre Bogotá y Soacha. Miles de vehículos, tanto particulares como de transporte público y de carga, transitan a diario por la saturada Autopista Sur, generando no solo demoras y caos vehicular, sino también un impacto significativo en la calidad de vida de sus habitantes. Por tal razón frente a este panorama, se ha decidido apostar por una solución ambiciosa y de largo alcance, Soterrando la autopista Sur para optimizar la Conexión entre Bogotá-Soacha, un megaproyecto que se perfilaría como un ejemplo de planificación sostenible y modernización de la infraestructura vial en el país.
Cabe destacar que actualmente, este proyecto avanza en la etapa de preinversión, con un enfoque claro en garantizar que cada detalle técnico, financiero y social esté alineado con las necesidades de la región. Según la Unidad de Planeación de Infraestructura de Transporte (UPIT), entidad encargada de liderar esta iniciativa, el componente técnico ya muestra un progreso del 90 %, reflejo del compromiso por llevar a cabo esta obra de manera estructurada y eficiente.
Sin embargo, Uno de los elementos más destacados de este megaproyecto será la construcción de un túnel soterrado que recorrerá aproximadamente 10 kilómetros, de los cuales 8,1 kilómetros serán completamente subterráneos. Este diseño incluye dos carriles por sentido, distribuidos en un bitúnel que permitirá descongestionar significativamente la actual Autopista Sur, aliviando la carga vehicular y optimizando el tránsito entre la ciudad de Bogotá y el municipio de Soacha.
El trazado del túnel comenzará en el límite sur de Bogotá, pasando por el sector de Cazucá en Soacha y conectando con el futuro portal El Vínculo de TransMilenio, actualmente en construcción cerca del Embalse del Muña. Esta obra también se articulará con la futura ALO Sur, integrándose de manera estratégica con otros proyectos de movilidad que buscan dinamizar el desarrollo de la región.
Más allá de su impacto en la descongestión vehicular, este proyecto contempla un enfoque holístico en la transformación del espacio urbano. Entre sus componentes se incluyen carriles para bicicletas, zonas peatonales y áreas verdes que contribuirán no solo a mejorar la movilidad activa, sino también a crear un entorno más amigable y sostenible para quienes transitan diariamente por esta importante vía. Según la directora de la Unidad de Planeación de Infraestructura de Transporte, Martha Coronado, la obra también busca reverdecer la Autopista Sur, integrando espacios urbanos que promuevan el bienestar social y ambiental.
Es importante mencionar que El camino hacia la definición de la ruta para este túnel no ha sido sencillo. Ya que, durante el proceso de análisis, la UPIT evaluó tres alternativas de trazado, todas ubicadas en el límite entre Bogotá y Soacha, específicamente entre las estaciones de TransMilenio Bosa y La Despensa. En cuanto a ello, las alternativas 1 y 3 culminan en el portal El Vínculo, mientras que la alternativa 2 llegaba hasta el sector de Canoas. Finalmente, y tras un riguroso análisis multicriterio, la alternativa 3 fue seleccionada como la más viable, teniendo en cuenta aspectos técnicos, ambientales y socioeconómicos.
Para avanzar con esta decisión, la UPIT radicó ante la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) la solicitud de Necesidad de Diagnóstico Ambiental de Alternativas (NDAA), un paso será crucial para garantizar que el proyecto cumpla con todos los requisitos ambientales y no comprometa los ecosistemas de la región.
Desde noviembre, los equipos técnicos de la UPIT han estado trabajando en la estructuración de los modelos financieros, de riesgos e institucionales del proyecto, así como en la evaluación socioeconómica que permitirá medir su impacto y viabilidad a largo plazo. El documento final que integrará todos estos componentes será presentado entre este mes de diciembre y enero de 2025, marcando un hito clave en la culminación de la etapa de prefactibilidad.
Una vez se obtengan los permisos ambientales y se cierre esta fase inicial, el Gobierno deberá contratar nuevos estudios y diseños que permitan llevar el proyecto a la fase de factibilidad. Este paso será determinante para refinar los detalles técnicos y abrir el proceso de licitación pública, que finalmente permitirá adjudicar la construcción del túnel.
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Sin duda alguna el impacto de esta megaobra ira mucho más allá de la descongestión vehicular. Ya que se trata de una intervención que busca transformar la relación entre infraestructura y urbanismo, promoviendo ciudades más sostenibles, funcionales y amigables con sus habitantes. La inclusión de componentes de movilidad activa y espacio público, junto con la descongestión de una vía tan crítica como la Autopista Sur, posiciona a este proyecto como un ejemplo de modernización y desarrollo responsable.
Además, este túnel soterrado se suma a otros proyectos estratégicos, reflejando un compromiso claro con el desarrollo integral del país. Y Aunque el camino por recorrer aún es largo, con desafíos técnicos y administrativos por superar, el avance alcanzado hasta ahora demuestra que es posible transformar los grandes problemas de movilidad en oportunidades de progreso y bienestar para millones de colombianos.
Con cada paso, el túnel Bogotá-Soacha se perfila como una obra emblemática que podría cambiar el panorama de la infraestructura en el centro del país, estableciendo un precedente para futuros megaproyectos en otras regiones.