Antioquia se encuentra en el centro de una transformación histórica en materia de infraestructura, con proyectos clave como la segunda etapa del Túnel de Oriente y las autopistas de cuarta generación (4G), entre las que destaca el Túnel del Toyo.
Estas obras no solo mejorarán la conectividad y movilidad en la región, sino que también representan un impulso para la competitividad y el desarrollo económico de todo el país. Por tal razón el día de hoy destacaremos en qué estado se encuentran estos dos Importantes proyectos.
Segundo Túnel de Oriente
A mediados de agosto pasado, la Gobernación de Antioquia marcó el inicio de una nueva fase crucial en el desarrollo del Túnel de Oriente, con la segunda etapa de su construcción. Este proyecto, liderado por la Concesión Túnel Aburrá Oriente, tiene una estructura accionaria distribuida en un 53% perteneciente a Odinsa Vías, mientras que el 47% restante se encuentra en manos de 49 accionistas, entre los que se cuentan empresas de ingeniería, construcción y materiales, además de algunos inversionistas individuales.
Uno de los interrogantes más comunes sobre esta nueva etapa es qué comprende exactamente y cuánto tiempo llevará su ejecución. En total, se intervendrán 14,9 kilómetros, entre túneles y vías a cielo abierto. El plazo estimado para la finalización de las obras es de 3,5 años, con un inicio previsto de las actividades constructivas principales para el segundo semestre de 2025, una vez se haya completado el cierre financiero del proyecto.
En cuanto a la inversión total, se estima que los costos de obra alcanzarán los $1,26 billones, con un modelo de financiamiento basado en una combinación de aportes de capital de los inversionistas, que cubrirán el 30%, y el resto, un 70%, provendrá de préstamos bancarios del sector privado.
El proyecto incluye una serie de obras de gran envergadura. Entre ellas se destacan la construcción del túnel Seminario 2, que tendrá una longitud de 780 metros y su conexión con Loreto, en Medellín, mediante vías y equipos electromecánicos de última generación. Además, se contempla la finalización del túnel Santa Elena 2, de 8,2 kilómetros, el cual será equipado con sistemas avanzados de drenaje, señalización y seguridad, integrándose al centro de control del proyecto. En su fase final, se conectará con la doble calzada Sajonia-Aeropuerto, uniendo así al Valle de Aburrá con el Valle de San Nicolás.
Sin embargo, este ambicioso proyecto no está exento de desafíos, siendo el principal la excavación del segundo tubo del túnel Seminario, un reto técnico que exigirá una planificación precisa y tecnologías avanzadas. A pesar de estos obstáculos, la gestión predial del proyecto está casi completa, con un 98% de los terrenos ya adquiridos. Solo restan por gestionar cuatro predios, equivalentes a 1,5 hectáreas, ubicados en el sector occidental.
En términos de impacto laboral, se espera que el proyecto genere alrededor de 2.000 empleos directos, lo cual representa una importante inyección económica para la región. Las actividades ya han comenzado, con un enfoque en la preconstrucción, incluyendo la gestión ambiental y social, y se proyecta que el grueso de las obras constructivas inicie en 2025, con la construcción del túnel Seminario 2 y diversas obras de infraestructura asociadas, como puentes y viaductos.
Uno de los aspectos clave para el futuro de este proyecto es la proyección de tráfico. Se estima que, para el año 2029, el volumen de vehículos que utilicen esta infraestructura aumentará en un 18%, cifra que podría alcanzar el 50% para 2039, lo que reflejará la creciente importancia del túnel en la conectividad de la región.
Los beneficios de esta segunda etapa del Túnel de Oriente son numerosos. Principalmente, mejorará la movilidad entre dos subregiones estratégicas del departamento, reduciendo significativamente los tiempos de viaje y facilitando la competitividad entre el Valle de Aburrá y el Valle de San Nicolás. La obra, además, complementará el Intercambio Vial Aeropuerto José María Córdova, actualmente en construcción, lo que mejorará aún más la conectividad aérea y terrestre de la región.
Aunque el proyecto no contempla intervenciones en puntos específicos como el sector Baltimore o el retorno Carulla en Las Palmas, sí se ha discutido la posibilidad de mejoras en la movilidad de esos accesos junto a la Alcaldía de Medellín y el Área Metropolitana, explorando alternativas viables para futuras obras que optimicen el flujo vehicular en esas zonas.
Las actividades constructivas iniciarán en el último trimestre de este año con las cimentaciones de los puentes Sajonia y Bocaná y, la impermeabilización, soporte y drenaje del túnel Santa Elena 2. Posteriormente, se continuará con la construcción del túnel Seminario 2; la construcción de puentes y viaductos en el sector occidental; el revestimiento y pavimento del túnel Santa Elena 2 y, el montaje y puesta en operación de equipos electromecánicos para vías y túneles.
Este proyecto, sin duda, se perfila como uno de los más importantes en la infraestructura vial de Antioquia, con un impacto positivo tanto a nivel regional como nacional, consolidando la posición estratégica del departamento en el desarrollo del país.
Túnel del Toyo
Las vías de cuarta generación, conocidas como 4G, han sido el emblema del desarrollo en Antioquia y gran parte del país en los últimos años. Entre ellas, destaca la Nueva Vía al Mar 1 y 2, donde se encuentra uno de los proyectos más ambiciosos de infraestructura vial en Colombia: el Túnel del Toyo, también llamado Túnel Guillermo Gaviria Echeverri. Este proyecto, al igual que otras vías 4G en la región, está financiado con recursos provenientes de vigencias futuras de la Nación, los peajes del departamento de Antioquia y fondos de la Alcaldía de Medellín.
Dentro de las principales obras de 4G en Antioquia financiadas tanto por el Gobierno Nacional como por el departamento, destacan: Pacífico 1 con un avance del 96,46%, Pacífico 2 y 3 con un progreso completo del 100%, Conexión Norte al 99,75%, Conexión Magdalena 2 al 82,56% y Mar 1 y 2, ambas completadas al 100%. Estas cifras reflejan el impresionante avance en infraestructura vial que busca transformar la conectividad de Antioquia con otras regiones del país.
El Túnel del Toyo, una pieza central dentro de la Nueva Vía al Mar, avanza de manera desigual en sus tramos. La Gobernación de Antioquia ha señalado que, mientras el tramo 2, a cargo de la Nación, presenta un avance del 54%, el tramo 1, que está bajo la responsabilidad del Distrito de Medellín y la Gobernación, ha alcanzado un 94% de ejecución. Según el secretario de Infraestructura de Antioquia, se espera que el año 2024 marque la culminación definitiva de esta obra, lo que representará un hito para el desarrollo vial del departamento.
Este proyecto ha enfrentado retrasos considerables. El gobernador de Antioquia ha sido claro en señalar que la Nación comenzó a asumir sus responsabilidades cinco años después de que el Departamento y Medellín ya habían arrancado con la ejecución de su tramo. No obstante, la falta de cumplimiento no es exclusiva del gobierno actual, pues también señaló que los gobiernos anteriores de Iván Duque y Juan Manuel Santos incumplieron sus compromisos con esta obra.
El tramo 1 del Túnel del Toyo, que cubre 18,2 kilómetros, está a cargo del Distrito de Medellín y la Gobernación de Antioquia. Este segmento, que tiene un costo de 3 billones de pesos, incluye la construcción de 7 túneles y 17 puentes. Por otro lado, el tramo 2, gestionado por el Instituto Nacional de Vías (Invías), abarca 19,5 kilómetros y su valor asciende a 1,4 billones de pesos, e incluye la construcción de 11 túneles y 13 puentes.
A pesar del progreso, todavía faltan recursos importantes para completar la obra. Según la Gobernación, se requieren 650.000 millones de pesos adicionales para finalizar los tramos a cargo de la Nación, de los cuales solo hay garantizados 450.000 millones de pesos en vigencias futuras. Estos recursos estarán destinados a la compra de equipos electromecánicos necesarios para el correcto funcionamiento del Túnel del Toyo, una pieza fundamental que permitirá una circulación eficiente y segura a través de esta infraestructura.
Una vez finalizado, el Túnel del Toyo será el más largo de Colombia, con una extensión de 9,8 kilómetros, atravesando una complicada montaña que históricamente ha sido un obstáculo para el tránsito entre Giraldo y Cañasgordas, en el occidente de Antioquia. Cuando esté operativo, reducirá drásticamente los tiempos de viaje entre el Urabá antioqueño y Medellín, pasando de siete horas a tan solo cuatro. Esto tendrá un impacto significativo en la conectividad del departamento con las principales ciudades del país y, en particular, con las que concentran la mayor parte del Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia.
Además del Túnel del Toyo, el resto de las vías 4G también representarán un ahorro considerable en los tiempos de viaje entre diversas regiones. Por ejemplo, el trayecto entre Medellín y Cartagena, que antes tomaba 24 horas pasando por Puerto Valdivia, ahora se reducirá a 18 horas. El viaje de Medellín a Cali, que actualmente dura 15 horas, se acortará a 8 horas, un ahorro del 47%. Asimismo, el acceso desde Medellín a la Ruta del Sol pasará de 6 a 4 horas.
En conjunto, estas vías de cuarta generación no solo significarán un avance en infraestructura, sino también en competitividad para Antioquia, permitiendo que sus productos lleguen más rápido a los mercados nacionales e internacionales, consolidando al departamento como un eje estratégico en el desarrollo económico del país.