En la historia de los pueblos y sus destinos, hay momentos definitorios, encrucijadas donde se decide entre el avance hacia la grandeza o el estancamiento en la decadencia. Hace casi un siglo, el 1° de junio de 1926, Gonzalo Mejía pronunció estas palabras que hoy resuenan con una profunda relevancia en el corazón de Antioquia. Aquella ceremonia en el parque de Berrío, que marcó el inicio de la carretera al mar, ahora encuentra eco en la visión y el trabajo incansable de quienes sueñan con el resurgimiento de Urabá.
La inauguración de Puerto Antioquia, prevista antes de marzo de 2025, promete revolucionar la región de tal manera que podría significar el renacimiento definitivo del departamento. Este proyecto, que se encuentra actualmente en un avance del 60%, traerá consigo inyecciones anuales de más de 20 millones de dólares, según lo señalado por Andrés Felipe Bustos, vicepresidente Institucional de Puerto Antioquia. Para él, esta obra representa más que una infraestructura; es una medida de reparación colectiva para una región marcada por las cicatrices de la guerra.
El impacto socioeconómico de esta empresa será sin precedentes. Urabá se prepara para recibir un impulso equiparable a toda su industria bananera de los últimos 70 años. Se estima que el movimiento de mercancías en la región se triplicará con la operación de Puerto Antioquia, lo que requerirá la creación de empleos calificados y la instalación de una cadena logística completa para dar soporte a las nuevas oportunidades de comercio internacional.
La llegada de agencias de aduana, empresas de transporte, operaciones logísticas y una variedad de industrias auxiliares marcará el inicio de una nueva era para Urabá. Se proyectan la creación de 17.000 nuevos empleos formales y cerca de 800 nuevas empresas, lo que dará un impulso significativo al tejido económico y social de la región.
Pero el potencial transformador de Puerto Antioquia va más allá del ámbito económico. Urabá también verá un renacimiento en su sector agrícola, con vastas extensiones de tierra aún sin aprovechar para la producción de alimentos. Se vislumbra la posibilidad de convertirse en una despensa para el país, diversificando su economía y fortaleciendo su seguridad alimentaria.
Sin embargo, este ambicioso proyecto requiere de un esfuerzo conjunto y coordinado entre el Estado, las universidades, el sector privado y la comunidad. El desarrollo ordenado y sostenible de Puerto Antioquia será fundamental para garantizar que sus beneficios se distribuyan equitativamente y lleguen a todos los rincones de Urabá.
Ubicado estratégicamente en el costado sur de Bahía Colombia en Turbo, Puerto Antioquia representará un punto crucial de conexión para la región. Con una inversión de 770 millones de dólares y una concesión a 30 años, esta infraestructura contará con una línea de muelle de 1.340 metros y un calado de 16,5 metros, lo que permitirá recibir buques Postpanamax y mover hasta 14.000 contenedores.
En un lote de 38 hectáreas quedará la plataforma con los patios de contenedores refrigerados y secos, las zonas de importación de automotores y las bodegas para el almacenamiento de graneles sólidos; no moverá hidrocarburos ni carbón. La central se unirá con el puerto por un viaducto de tres carriles y 4,2 kilómetros de longitud que cruzará el río León hasta donde estará anclada la plataforma.
El surgimiento de Puerto Antioquia es el resultado de años de visión y trabajo arduo. Aunque la idea de un puerto navegable en Urabá se remonta a 1832, los desafíos políticos, sociales y económicos han obstaculizado su realización hasta ahora. Sin embargo, el impulso de empresarios visionarios como Bustos y su socio Óscar Isaza, quienes resucitaron el proyecto en 2014, ha allanado el camino para este hito histórico.
El proceso de construcción no estuvo exento de obstáculos. Disputas jurídicas y reclamos de comunidades locales retrasaron el proyecto durante más de dos años. Sin embargo, gracias a la voluntad y la perseverancia de todas las partes involucradas, se lograron superar los desafíos y dar inicio a las obras en abril de 2022.
Para comunidades como la de Puerto Girón, este proyecto representa tanto oportunidades como desafíos. Porfirio Serna, representante del Consejo Comunitario de Puerto Girón, destaca la importancia de mantener una relación fluida y colaborativa con Puerto Antioquia. Se han establecido acuerdos para el desarrollo conjunto de iniciativas de turismo comunitario y programas de capacitación y empleo para los jóvenes de la región.
El impacto de Puerto Antioquia se extenderá más allá de las fronteras de Urabá. Con la modernización de sus sistemas y la mejora en la eficiencia de las operaciones, se espera que el puerto potencie el intercambio comercial entre Colombia y otros mercados internacionales, especialmente en Europa, el Caribe y la costa oeste de los Estados Unidos.
Sin embargo, para que Puerto Antioquia alcance su máximo potencial, es crucial apresurar la finalización de proyectos clave como el túnel del Toyo y la vía de acceso al puerto. El presidente de la Cámara de Comercio de Urabá, Eladio Ramírez, subraya la importancia de completar estas infraestructuras para garantizar la competitividad y el éxito a largo plazo del proyecto.
Y Con respecto a la vida de acceso a este importante proyecto, la vía ya cuenta con estudios, diseños y licencias ambientales, lo que tendría un valor de $200.000 millones.
Esta vía contaría con 14 kilómetros entre Riogrande y Nueva Colonia, más una variante. Sin embargo, Desde hace tres años empezaron las gestiones para llevarlas a cabo, pero hasta la fecha no se ha materializado un acuerdo para desarrollar esa vía. Por lo que será fundamental llamar la atención del Invías para que se firme un convenio para anticipar dineros de la contraprestación portuaria, y con ese anticipo, más otras fuentes, poder construir una vía con las mejores especificaciones
Puerto Antioquia representa mucho más que un puerto; es un símbolo de esperanza y renacimiento para Urabá y toda la región de Antioquia. Con una visión compartida y un compromiso firme, este proyecto tiene el potencial de transformar vidas y comunidades, marcando el comienzo de una nueva era de progreso y prosperidad para todos los habitantes de la región.
